Creo que si hubiese tenido que hacer este trabajo hace 2 o 3
meses, mi autoevaluación sobre lo aprendido hubiese sido muy negativa. Es
recién ahora, cuando ya terminamos 5º año, ya terminamos la secundaria, ya terminamos
esta etapa, que pienso y valoro todo lo que aprendimos en literatura. Siempre
la sentí una materia muy difícil de aprobar, casi imposible. Sentía que me
faltaba mucho para poder con la materia y ese mucho no lo creía poder conseguir
nunca. Una vez me hicieron un análisis en clase, diciendo que tengo apariencia
de que sólo me importa la nota, y es cierto, casi siempre me importó sólo la
nota porque al principio hiciera lo que hiciera siempre aprobaba con lo justo,
con 6, eso me trajo hacia atrás en vez de hacia adelante queriendo más y no me
esforcé mucho para los trabajos siguientes. Tampoco voy a mentir diciendo que
no me gustó hacer ningún trabajo porque, a pesar de no dar todo de mí, los
disfruté y mucho. Haciendo fuerza a la memoria me acuerdo desde el trabajo de
inventar un cuento. Lo hice con Santiago Martinez. Fue un muy buen trabajo. “Berdel
Somaôs” se llamaba el protagonista, lo inventamos nosotros haciendo una especie
de anagrama, esperando que alguien notara que es “Doble es sombra” o algo así,
ya no recuerdo bien, creo que nadie lo notó pero me sentí muy satisfecho por el
trabajo realizado, en ese cuento sí traté de esforzarme por la nota aunque
recibí un 6. Debe haber sido ese trabajo el que impulsó para atrás como dije
antes porque ya ni me acuerdo de las demás notas. Bueno, el trabajo de las
ciudades invisibles fue uno de los que más me costó, pero me encantó cómo quedó
el resultado final, debo confesar que nunca leí el libro. Para no ser tan
específico voy a seguir resumiendo esto más en general, para no aburrir. Pero
antes de esto, necesito aclarar esto, por si algún día más adelante decido
entrar al blog y poder recordar todo. Esta parte va dedicada especialmente a
nuestra profesora: Graciela Amadio, quien hizo de mi literatura en la secundaria
una etapa sufrible, casi imposible diría yo, pero una vez que se termina es
cuando se valora todo lo recibido. Me encariñé con ella en 3º, pese a que la
tuvimos muy poco tiempo como profesora en el curso, nunca voy a olvidar todos
los martes a las 13.30 de la tarde nuestro apoyo de sintaxis. Ahora es cuando
tengo que reconocer que al principio estaba sumamente perdido en análisis
sintáctico. Cuando empecé a captar el tema no prestaba atención en clase con la
otra profesora porque sabía que Graciela me iba a explicar todo en apoyo. Luego
ya tenía muy claro el tema pero seguía yendo porque me sentía mejor analizando
oraciones con ella que analizando en las pruebas. Era más una forma de
divertirme en mi tiempo libre que una práctica. Espero no haberle hecho perder
tiempo importante de su vida, porque yo lo disfruté y creo que es uno de los
mejores recuerdos que me llevo de ella. Luego, en 4º me sentí desvalorizado, ya
debe ser la 3ª o 4ª vez que lo digo, aunque con otras palabras. Llegué a un
punto en el que hacía los trabajos tratando de pensar en qué le podría gustar.
En 5º año perdí la mayoría del cariño que le tenía porque cada clase se quejaba
de que se sentía rechazada por nosotros y nosotros no dábamos respuesta a eso.
Yo lo sentía bastante pesado que siempre pasara lo mismo pero fue recién en
esta recta final del año cuando la empecé a querer como antes y a valorar como
la profesora que es. Participar con ella del acto de los 60 años del Liceo fue
una experiencia única. Eso fue lo que hizo darme cuenta de que ella siempre
quiso hacer que todos participemos de todas sus propuestas, de que siempre se
mata pensando en algo que nosotros nos pueda gustar, en vez de a ella y muy
pocas personas dieron todo de sí para hacerlo. Me disculpo por eso y por no
haberme puesto las pilas antes. Luego vino el trabajo del libro de las poesías,
el libro almanaque. Me siento muy conforme con el libro que hice aunque sé que
a la profesora no le gustó, o por lo menos su primer comentario al verlo no fue
positivo pese a que no estaba presente para escuchar el comentario, me enteré
que no fue lo que ella esperaba. Pero para entonces, aunque me decepcioné un
poco, no me importó porque al fin y al cabo creo que cumplí con la consigna e
hice lo más importate, que es hacer algo que a mí me guste. Lo que realmente
disfruté hacer fue el diario de lectura, es el trabajo que terminó de abrirme
los ojos. Ahí fue cuando advertí que todo lo que Amadio nos trataba de enseñar
sobre cómo leer y yo pensaba que era imposible de hacer, lo estaba haciendo.
Estaba siendo capaz de leer, analizar un poco, y escribir al mismo tiempo que
trataba de analizar, aprendí a leer de otra forma, de mirar los textos con
otros ojos, fue algo increíble. Hice una excelente decisión en el libro que leí
y creo haber hecho un diario de lectura bueno. Fue el mejor trabajo desde mi
punto de vista. Además de relacionarse con la dictadura, “dos veces junio” fue
un libro muy emotivo para mí y ahora es cuando me arrepiento totalmente de no
haber visto los demás trabajos como vi este último. Todos los trabajos eran
para dar todo de sí. Espero que la generación siguiente sea capaz de verla y no
sean como yo que no pude hacerlo y ahora me quedo con las ganas, porque sé que
nunca más voy a tener de profesora a Graciela Amadio, el ícono de literatura
del Liceo 9, espero que por lo menos con nuestra participación en el acto del
aniversario la gente entienda que no está mal ser parte de esto. Lo único que
tengo que criticar son las clases, siempre fueron muy densas para mí, quizás
porque no me interesa la materia, pero podrían ser un poco más didácticas, como
fueron algunas este año, con el tema de las poesías o el teatro leído. Los
libros que tuvimos que leer me gustaron todos menos Hamlet, que hasta el día de
hoy no entiendo la parte del cementerio, si es que por lo menos entendí que hay
una escena en un cementerio, además me aburrió bastante la obra, los
disfrutaría más viéndola que leyéndola. Sin embargo, creo que es un libro
imprescindible para 4º año, quizás yo no soy capaz pero a esa edad la gente
debe estar lista para comprender textos así. Otra cosa también es que hay que
ser más estrictos con las fechas de entergas, porque este año casi nadie se
tomó la fecha en serio, me incluyo en ese grupo. Sé que a la profesora no le
gusta amenazar con las notas, porque prefiere ver qué hacemos y nos tomemos
nuestro tiempo. Pero por lo menos amenazar crédulamente referido a las notas y
la fecha de entrega, porque este año tuvimos muchísimo tiempo para hacer los
trabajos y sin embargo fueron muy pocos los que lo entregaron a tiempo. Y
bueno, creo que no voy a escribir nada que no esté referido a nuestra profesora
porque me parece que de esto se trata la autoevaluación, de ella y de mí a lo
largo de estos años. Por lo menos me voy feliz de no habérmela perdido como
profesora de sintaxis, porque ella fue realmente quien me enseñó todo lo que
sé. Me sentí muy bien cuando nos cruzamos en biblioteca y la vi dando clase de
apoyo de análisis sintáctico a 3 alumnos y me veía a mí sentado frente a ella.
Moría de ganas de ir y aprender más. Me estoy yendo por las ramas y más que
autoevaluación esto parece un diario hacia la profesora. No me quiero despedir
de 5º, no me quiero despedir de esta etapa, del curso, que ya no es más curso,
ya se terminó todo. Si 5 años se van volando a una velocidad increíble, no hace
falta aclarar cómo pasan 2 años de literatura. Por lo menos me alivia saber que
el fin de mi vida literaria en la escuela fue con Amadio. Y agradezco que no
veré más algo con la materia en la facultad porque ahí sí que me iría muy mal, ¡Recién
me siento preparado para lo que se ve en 4º año! Es difícil despedirse de todo,
cuesta mucho darle un fin. Fue una experiencia inolvidable, una serie de
trabajos excelentes que quisiera volver a hacer con más ganas para ver lo que
realmente puedo hacer, pero bueno, me despido de la literatura escolar, ahora
sólo queda leer libros por cuenta propia. Hay uno que me espera desde febrero y
dejé por la mitad: “Danza de dragones”. Al pobre lo dejé cuando empecé 5º y
debe ser lo único que me queda por realizar este año para finalizar el lapso.
Los personajes me esperan para despedirse del año. Tengo muchas ansias de
continuar esa lectura porque tengo muchas expectativas de leerlo como leí “Dos
veces Junio”. Es una pena dejar atrás todo esto, principalmente porque no me
siento listo para lo que se viene, mucha gente me dice que tengo el potencial
necesario para lograr mis objetivos pero no tengo esa confianza necesaria para
hacerlo. Espero poder hacerlo.


Coincido en que guardaste lo mejor de vos para mostrarlo en el final. Agrego al Diario, esta autoevaluación con la que me has dado un sacudón desde el que elaborar mi propia reflexión sobre este aprendizaje compartido. Mil disculpas por no haberte sabido transmitir cuán valiosa era tu voz y no lograr involucrarte con ternura en este recorrido.
ResponderEliminarGracias por compartir, por observarte, por dar cuenta de una trayectoria en la que verte es ver aciertos y errores y tanto por hacer hacia adelante.
"Que el día más triste de tu futuro no sea peor que el día más feliz de tu pasado.
Que nunca se te venga el techo encima y que los amigos reunidos debajo de él nunca se vayan.
Que siempre tengas palabras cálidas en un frío anochecer, una luna llena en una noche oscura, y que el camino siempre se abra a tu puerta." (Oración irlandesa)
Buena vida; mucha risa, mucho amor y hermosura.
Con afecto.
Graciela