viernes, 14 de noviembre de 2014

Diario de lectura de "Una muchacha muy bella"-Emilia Holstein

¿Quién fue esa muchacha tan bella?


Día 1-10/10
Hoy es un día para pedir un deseo, un día de suerte.
Por qué elegí este libro? Cuando Graciela nos comento los argumentos de cada libro no había pensado en leer este, sentía que iba a ser muy estático, no creía que pudiera sorprenderme, pero cuando ví la tapa me encandilaron los colores y el fotomontaje de la portada. El título era sugerente pero creo que me fui empapando de él después de haber mirado la tapa varias veces. Así que sí, creo que elegí este libro por la portada.
Cuando decidí comprarlo lo quería tener en esa edición de la tapa naranja por supuesto, si no perdería el sentido. Unos días después lo tuve en la mano y realmente sentí mucha alegría, creo que fue porque había recorrido varias librerías sin conseguirlo y mañana viajamos a Jujuy, entonces andaba medio a contra reloj.
Supongo que no me equivoqué, porque si no no me hubiera puesto contenta.

Día 2-1/11
Pág. 9 a 21
Empiezo de nuevo, leer estando de viaje no funcionó.
La primera oración ya me resultó llamativa “Mi madre era una muchacha muy bella”, ya sabía que el título se refería a su madre pero que así comenzase la historia me pareció importante. Sugiere lo infantil, la mirada de niño, esa mirada parcial que tenemos sobre nuestros padres cuando somos pequeños. Sigo leyendo.
Me encontré con una descripción muy detallada de la madre, quién todavía no tiene nombre. Las palabras que usa son realmente hermosas y se hilvanan de una manera especial que les da fuerza e iluminan al personaje que describen. Después de dos páginas me siento como el nene adorando a esta mujer que no conozco pero que parece hacer todo hermosamente, te hace despreciar lo que a ella molesta y querer lo que ella quiere.
Búsqueda: Nombra a “Anouk Aimeé y a Jean-Louis Trintignant” como dos personajes que ve una foto que adornaba la casa. Al buscarlo encontré que se trataba de una película francesa:  Un hombre y una mujer (en francés: Un homme et une femme) es una película francesa estrenada en 1966. La película fue escrita por Claude Lelouch y Pierre Uytterhoeven, y dirigida por Lelouch. Es notable su fotografía, calificada por la crítica como "exuberante" (Lelouch ya tenía experiencia realizando fotografía para publicidad), que ofrece frecuentes secuencias entre tomas a todo color, en blanco y negro, y otras con tonos de sepia, dependiendo del tema tratado en cada escena; también ganó fama por su memorable tema musical creado por Francis Lai.

El narrador suena como un niño realmente enamorado, que complace a su madre solo por el placer de hacerla feliz, rescata pequeños momentos que en un gran drama pueden pasar desapercibidos y los hace importantes, dándole fuerza a cada detalle.
Comienza a contar experiencias de la vida cotidiana y habla de el amor de su madre por los viajes, su avidez de descubrimientos y sueños que todavía no se dieron pero en su fantasía están llenos de colores.
Muestra como su madre lo ve a él, menciona repetidas veces que ella es bella y lo ama pero que él es su hijo, lo ve como una responsabilidad que ha llegado sin ser deseada y de la que no puede deshacerse. Aquí la lectura parece teñirse de oscuridad.
¿Quién hablaba por mi madre y a quiénes? Qué era ese plural que aparecía para terminar nuestra salida Quiénes hablaban en mi madre” (La madre habla sola por un momento cuando salen de una confitería en tono de reproche dirigido indirectamente al narrador). Me gusta que muestre cómo cambió su visión de los hechos con el paso de los años, como hay cosas que necesitan otra mirada para tener sentido. Se hace algunas preguntas retóricas que a mi parecer surgieron con la revisión de los hechos, son más adultas y suenan dolorosas.

Solo leí unas pocas páginas y ya quiero seguir, no sé si la historia será o no interesante pero me parece genial como escribe este señor. Debe ser difícil volver a darle color a estos recuerdos, que vuelvan a sentirse como de un niño.

Palabras que descubrí:
  • Piélago (lo relaciona con el final de la cara): parte del mar muy alejada de la tierra.
  • Acicatear (hablando sobre el discurso de su madre): estimular.

Día 3-3/11
Pág. 21 a 38
Hoy leí sobre el episodio que se da en el Jardín Botánico. En las primeras páginas el autor describe sus sensaciones en las visitas que hacía con su madre a este lugar(para ser exactos todo el tiempo describe minuciosamente cada detalle que le ha sido relevante), realmente me sentí muy identificada con esta parte, siempre que voy al botánico me siento como en un oasis en medio de la ciudad, como si el tiempo allí se detuviera solo para nosotros, así que verlo escrito de una manera tan bella me hizo revalorizar un poco estos espacios. Por otro lado, volví a sentir como a veces un acto que parece insignificante a la vista puede ser por dentro una explosión de sentidos, como la percepción personal le da a cada momento su especial significado.
Me pareció interesante que haya un cambio de capítulo, el cual no tiene ningún tipo de título, y que además el tema continuase siendo el mismo aunque tomado desde otro ángulo.
Cosas que me llamaron la atención:
-Esa cosa que tienen las madres de hablar en tercera persona cuando retan a sus hijos, como si no estuvieran diciéndoselo al niño que tienen ahí si no a alguien lejano. En este caso, por qué será?
-Las elucubraciones que puede hacer un niño frente a cosas nuevas, que quizás son difíciles de poner en palabras pero que si lo logramos descubriremos que son las mismas durante toda la vida. En esta parte, el pequeño conoce a un chico llamado Santi y lo analiza quizás de manera tácita pero luego al crecer lo pudo poner en palabras.
-Cómo reacciona una mente jóven a una nueva realidad que desconoce, otro tipo de familia, otra situación económica. Con recelo y un poco de miedo, pero sin juicios. “Mamá, ¿los obreros son pobres? ¿Santi y la mamá y la hermana son pobres?
-La adoración que el narrador le profesa a su madre es tal que la hace ver como una Venus, la perfección hecha ser humano, la ve como entre la selva siempre destacando. Por momentos hasta me parece exagerado, como si el hombre mayor que escribe se mezclara en los pensamientos del niño.

Día 4- 5/11
Pág 38 a 44
Lo que leí hoy fue un episodio en el que la madre manda a su hijo a bañarse mientras ella va a hablar por teléfono a lo de una vecina.
En estas páginas descubrí lo solitario de estos personajes que no se tratan con las demás personas del edificio, solo con esta señora que les trae comidas y cuida a veces del pequeño. Se ve el nerviosismo con el que la madre percibe todas las intromisiones de los otros. Además, aparece la figura de un hombre, más bien aparece el cepillo para afeitarse de este hombre que ya no está pero ha dejado este único rastro para el narrador.

En mi opinión, captura muy bien la mirada de alguien que empieza a conocer el mundo, esa inocencia no tan inocente, vivaz e intrépida que no deja rincón sin mirar ni sentimiento por analizar. Se reflejan muy bien las diminutas maravillas del día a día, como el ruido de agua contra agua cuando nos sumergimos en la bañera. Me hace sentir en casa.
El vocabulario no es nada estrafalario pero es la combinación de este lo que lo hace especial:
Practiqué algunas veces más pero no había manera de sacarme la cara de atrapador de gestos

Día 5-10/11
Pág. 44 a 80
Palabras que descubrí:
  • Gorgona: de la mitología griega, demonio femenino y deidad.
  • Catódica: relativo al catión.
  • Vano: (de una puerta) hueco de la puerta.
  • Sefradí: judío de origen español.
  • Proscenio: parte del escenario más cercana al público.

A veces me parecía que los grandes consumían cosas horribles solo porque eso los ayudaba a lidiar con el mundo.

De nuevo aparece esa sensación de que la madre no le profesa al narrador el mismo amor que él a ella, él aprovecha y exprime el jugo de cada situación que pasan en contacto mientras en cambio ella casi que intenta evitarlas.
Hay un episodio de un sueño salvaje, una pesadilla de sangre, por qué?
El lenguaje comienza a complejizarse, la descripción de las situaciones es más veloz hasta que pasa el episodio sobre una amenaza de bomba.
Luego otra situación sanguinolenta sobre la caza de un ñandú, también se ve la situación de la familia: acomodada, tienen campos en la provincia de Buenos Aires y el tío tiene peones a su cargo, aunque la madre parece mantenerse un poco al márgen.

“Así fue como conocí a los parásitos y como escuché por primera vez la palabra picana.”  

En esta parte comienza otro capítulo, como el anterior sin título ni ninguna otra distinción.
Lo que me llamó la atención en este momento fue los saltos temporales que ocurren durante  todo el texto, sobre los cuales recién repare ahora. Hay muchos flashbacks que producen la sensación de que la historia estuviese siendo contada cuando uno la lee, es decir, cuando uno cuenta una anécdota suele irse un poco del tema pasando por otros pormenores que le dan sentido al resto de esta manera el escritor va aclarando cuestiones que podían haber quedado inconclusas.
Por otro lado, quiero resaltar la constante descalificación o subestimación del niño. Su madre todo el tiempo cree que es incapaz de hacer o conocer ciertas cosas, algo que suele ser muy común en los adultos, pero que visto desde el punto de vista del niño es bastante doloroso e injusto ya que no se entiende por qué se encuentran en distintos escalafones.

Como una acotación: me alegro leer que el pequeño tomaba el Nesquik como yo (con mucho chocolate, sin batir y rápido para llegar al tesoro que se encontraba en el fondo), como en todas las otras acciones explica sus sensaciones cuando lo hacía y por qué lo hacía así, me resultó genial ver retratado mi pensamiento en la letra de otro.

Día 6-11/11
Pág. 80 a 107
Leo sobre cómo la madre ordena la biblioteca, o eso parece por ahora, abre cada libro y lo vacía de tarjetas y flores, de todos los recuerdos que haya guardado en ellos. Se ve la importancia de la literatura para ella, también de las palabras agregadas a mano, de las cartas y postales. Aparece un recuerdo: “Mi madre decía que la diferencia la hacían los libros, que me fijara en eso cuando entrara a una casa. Si había libros era otra cosa.” después se presenta una situación en la que él va a lo de un amigo a hacer un trabajo de ciencias, los libros que ve son solo de guerra y el amigo parece ser de poca credibilidad, un aprovechador. Para mí, así se marca la diferencia entre los tipos de familia de la época, la del personaje principal con una cultura más fuerte y sensible contra la arrogancia de la de este otro niño.
Supongo que aun sin saberlo ya podía enfrentarme al fanfarrón dueño de todo el estaño y confundirlo con mi carga de cinismo heleno.

Sigo leyendo y me encuentro con que la madre se va atolondrada a hablar por teléfono a casa de la vecina y su hijo, curioso, la sigue demostrando que hay un trasfondo que él no puede conocer ya que parece sobrepasarlo. Me pareció significativo porque demuestra cómo su madre intenta cuidarlo y protegerlo, también porque imagino que muchos niños convivían con situaciones similares que solo de grandes habrán podido comprender o entender completamente.
Comienza a percibirse que la vida de los personajes se está complicando y empiezo a pensar que a fin de cuentas, es una historia real y que no quiero llegar al final del libro porque es claro que la bella simplicidad de lo cotidiano se va a manchar de dolor.
La madre recibe llamados que no contesta, está nerviosa y triste. La vecina, Elvira, trata de distraer al niño, lo lleva a conocer a los personajes de Titanes en el ring: “No parecía estar tranquila en la calle, como si fuese un espacio en el que podía pasar cualquier cosa.” El chico siente, conoce, sabe e intenta ayudar, distrayendo a su vez a Elvira, haciéndole creer que la está pasando bien, que él no está temiendo por su madre. Aquí sentí mucha ternura por la actitud de él que por supuesto no es tomada en cuenta como una acción deliberada y llena de sentido.
“Trataba de empujarme a una infancia sin dobleces, sin sospechas, pero la verdad es que no quería estar ahí, me preocupaba mi madre.”
Yo quería ser otro, quería no estar ahí, quería no ver los culos flácidos en esos bombachones arratonados, quería no escuchar más gritos, ni más estruendos, ni más horror, ni más reproches por todo lo que sabía y callaba.
La trama comienza a volverse notablemente más dolorosa, comienza a sentirse el miedo en las palabras. Aparecen falcon verdes, patrullas en silencio, pánico. Él pide ver a su madre. El convoy solo pasa. Se suben al colectivo y me puse a llorar.

Palabras que descubrí:
  • Inenarrable:   1. Adj. inefable 2. Sorprendente, impresionante.      
  • Derrotero: 1. Camino tomado para lograr el fin propuesto 2. Derrota, rumbo.

Día 7-12/11
Pág. 107 a 157
Fue un llanto sin lágrimas de como una hora, trataba de anotar cosas que no se relacionaran solamente con lo que sentía pero no funcionó muy bien. Me pregunté varias veces durante estas últimas 50 páginas si está bien sentir el dolor de otro como propio o si es una falta de respeto.
Voy a empezar por el final, desde el ante último capítulo donde para mí se produjo el quiebre más grande. Se terminó la infancia, la realidad se vuelve áspera y más hostil, sin filtros. El autor ya creció y escribe como gente grande, como una gente grande deprimida, harta, triste. Es más viril, más sexual, más bruto. La delicadeza de la infancia solo la veo en el ritual de tomar el té, como hacía su madre y en el visitar a Elvira en el geriátrico donde la mirada de niño parece volver a colorear el panorama, todos los demás actos parecen carecer de pasión y de cariño. No quiere tener hijos, no quiere tener padre ni ser hijo de nadie.

No quiero ser el hijo de ese cuerpo en los días entre el secuestro y el final.
Mi té no era mío, mi té nunca fue mío. Yo era solamente un hijo, nada más, un hijo.
Me gusta leer y me gusta el té. Cada sorbo astringe el anterior y es definitivo, no me interesa construir nada con la obligación de lo previo.

Y retrocedo y paso las páginas hacia atrás…
“-No me animé-susurró mi madre para sí” Vuelve de ver Titanes en el ring y la encuentra hecha un ovillo en el sillón, triste. Siempre me impresionó la capacidad que tienen las madres de recuperarse de la tristeza cuando su hijo está cerca.
Al día siguiente es Navidad y desde el espejo ve la televisión reflejada a la inversa, 16 letras y las copia. Sueña con su papá, todavía parecía apreciarlo o querer saber quien era.
Hay un paréntesis de felicidad renovada, él y su mamá y Elvira y su hermana, Navidad, comida, juegos. Tiene su primera erección producida por la hermana de Elvira, Desiré. Es notoria la diferencia entre el cariño y la ternura con la que ve a su mamá, aunque la vea como una mujer a como presenta a Desiré, desde la excitación y una especie de desenfreno.
Llegan las vacaciones de verano, playa. Van al zoológico, me parece interesante la conciencia de él para con los animales: “De eso nunca pude olvidar, de lo que sentí de mi mismo, aunque no supe traducir qué era esa condena.”  Como sabiendo que están ahí por la fuerza, que no son realmente felices y que él está observándolos en su cautiverio. Los buenos recuerdos de las vacaciones terminan. Vuelve el colegio y las 16 letras: “Unidad Viejo Bueno

Búsqueda: El fallido asalto al Batallón Depósito de Arsenales 601 Domingo Viejobueno, en la localidad de Monte Chingolo, Buenos Aires,Argentina, el 23 de diciembre de 1975, fue la última gran acción del Ejército Revolucionario del Pueblo. Tenía el objetivo de apropiarse de 20 toneladas de armamento. Entre los efectivos militares en Monte Chingolo figuraba un soldado entregador e informante del Batallón de Arsenales 601.
Los guerrilleros no sabían que estaban infiltrados por un agente de inteligencia del Ejército, Jesús "El Oso" Ranier, un ex miembro de las Fuerzas Armadas Peronistas. Por medio de la información de Ranier, más los croquis encontrados en poder del Jefe de Logística del ERP, Juan Eliseo Ledesma, capturado por el Ejército el 7 de diciembre de 1975, y las delaciones producidas tras esa captura (no tanto por Ledesma, sino por su segundo en logística, Elías Abdón), se produjo al día siguiente la captura de varios familiares de Santucho (líder del ERP) —los cuales fueron liberados poco después— y aun más importante, la anticipación del ataque. Santucho se negó a abortar la operación y el Ejército, bien preparado para el combate, le propinó una derrota casi definitiva.

El miedo y la tensión vuelven a aparecer, la intuición del niño se transforma cada vez más en certezas. La duda ya no es tanta, los problemas están más a la luz.
Primeros días de escuela, Elvira lo va a buscar al colegio con cara de tristeza, él corre a su casa y ya todo había pasado.

Yo sabía algo. Sabía. Corrí desaforado, apretando fuerte la valija con mis cuadernos de la escuela, para no perderla, y sabía algo.Yo sabía. [...] necesitaba estar solo y que nadie se echara sobre mí con la excusa de que era un niño. [...] Mi casa estaba rota.
Día 8-14/11
Conclusión
Primero voy a decir que por suerte no me equivoqué y que la portada no me mintió para nada. Disfruté mucho leyendo este libro, me costó bastante porque todo el tiempo pensaba que lo que me estaba sucediendo mediante la lectura debía registrarlo de alguna manera porque..tenía que ponerlo todo en palabras! Pero después de algunas páginas y días que fui escribiendo me resultó más fluido y fui entendiendo la mecánica que iba a usar para reflejarlo todo. Me gustó el trabajo en sí porque me hizo apreciar muchos más detalles de todo lo referente al libro, aunque me fue difícil al principio, miré con más detenimiento cada hoja y así pude encontrar nuevos sentidos que probablemente si lo hubiera leído como siempre hubieran pasado desapercibidos. Es decir, creo que recorrí todo el libro con tranquilidad y diseccionandolo un poco más, no tan apurada o “por arriba” como a veces me pasa.
Creo que me gustaría conocer al autor, Julián López, para ver si su vida es como comenta al final porque me dejó un regusto amargo pensar que después de todo lo bello de su madre su vida es una especie de función lineal sin nada que esperar.También supongo que la vida es diferente para cada uno y que mis formas para él son quizás horribles o deprimentes, no lo sé
También me gustaría conocer el nombre de su madre.
Finalmente, aprecié mucho la delicadeza en las palabras del autor, se nota que es un poeta, y me dejó muchas cosas en las que pensar, me hizo ver que durante ese período oscuro de nuestro país los damnificados no fueron solo los desaparecidos o encarcelados sino todos, desde cada pequeño lugar.

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