Jueves 30/10.
Estoy bien porque empiezo de cero. Culmino la noche y comienzo el libro. Me gusta cómo me siento hoy y ahora porque todo está tan en orden, eso me da mucha paz, así que es buena situación para empezar. Espero. Espero mucho, de todo, del libro y de lo que pase mientras lo leo. Es la primera vez que hago algo así y hasta ahora se siente bien. Lo elegí porque “Una estatua del Botánico, un pullover tejido con ochos, unas postales de viajes que se envían del correo de la esquina, chocolatines Jack o Topolino, comida preparada de a dos –“¿A quién podría contarle la extraordinaria sensualidad de una cena de salchichas frías y humo de 43/70?” me gustó. También porque lo abrí y leí en no recuerdo donde y me gustó de igual manera. Nada más que por eso.
Viernes 31/10. Página 14.
Me encanta como desapareció todo mi entusiasmo de la entrada anterior. Resulta que teniendo 3 trabajos, llega un viernes a la noche y lo único que quiero es dormir. Pero me prometo seguir leyendo mañana, fresca. ¿Una muchacha muy vieja es mi mamá? Es ella, todas las descripciones son de mi mamá, el pelo, la cara, todo. El libro me habló un poquito.
Sábado 01/11.
Leí lo de ayer y quiero volver. No estoy leyendo ahora pero hoy leí y cuento lo que pasó. Así de bien como estaba el otro día, hoy estoy completamente devastada. No hay nada peor que lo que siento y lo que viví hace un rato. (Que bueno tener este espacio para hablar). En el bondi leí con los ojos llorosos y con mucho frío, y mojada porque llovía. Súper ideal, ¿no? No. Me ayudó un poco este libro a distraerme y a ser otra persona un ratito y no ser a quien le paso lo de recién, hasta me reí un poco (y ahora no me acuerdo por qué me reí). Pero escuchame, no todos tienen y están obligados a olvidarse de alguien de un día para otro y andar sonriéndole a cada cara que se te cruza. Me voy por cualquier lado y me olvido de que el libro me está gustando un poco porque quiero que me guste y otro poco porque cada cosa que leo es hermosa y me río o lloro o me identifico y eso es lo que me gusta de leer.
Martes 11/11.
Si, sigo por la página 30. Voy a usar este espacio como algo muy personal y me voy a tener que salir un poco de la consigna tan dichosa, porque lo voy a tener que leer todo en 3 días, y porque se me terminan los trabajos para el colegio, y porque quiero hacer esto por placer, de forma personalizada. Pasaron 10 días desde la última vez que leí (DIEZ), y eso que lo llevo a todos lados en la cartera porque “capaz que en el bondi leo” pero nunca me tomo ningún bondi…
Miércoles 12/11.
Cómo se describen momentos tan simples como cuando sos chico y estas caminando de la mano de tu mamá y te sentís tan tan seguro, y de repente de caes pero no te caes de verdad porque tu mamá te tiene de la mano y por unos segundos quedas con las patas volando hasta que aterrizas. Mi papá me llevaba a todos lados siempre de la mano hasta que me daba vergüenza. Y ahora si fuese por mí que venga y me lleve a upa si quiere. Y también “la falda de mi madre y la ventanilla solo para mi” en el bondi.
Jueves 13/11.
Me acaban de decir que la voy a pasar mal en el final. Que divertido. Siento que sigue todo en silencio, que este libro pasa mucho tiempo cerrado y se aburre y yo también, todavía no habla mucho, y digo todavía porque siento que ya me va a hablar en algún momento. “Los moñitos con manteca eran mi comida preferida, mucha más que las milanesas con puré que eran mi comida preferida”. Mismo día más tarde. Casi lloro. Muchísimas ganas de abrazar a este nene muy fuerte. Me hizo acordar a “Tan fuerte y tan cerca”. Siempre me doy cuenta del olor que tienen las personas, de qué shampoo usan y esas cosas, y que este nene diga que su mamá tiene olores variados, cálidos y fríos es perfectamente como veo yo los olores.
De noche.
Por suerte hay música. Por suerte o gracias a Dios. Él está acostado, quieto, inmóvil para no despertar a la muchacha, ¿cuántas veces lo habré hecho yo también? También extrañaba así a mi papá. Y lo extraño ahora. No entiendo el por qué del poco tiempo que pasan juntos, y me pone un poco mal que una criatura admire tanto a su mama y tenga que retener en su memoria cada momento vivido con ella para poder recordarlo en el futuro.
“Las puertas del placard bien cerradas para que todo el miedo se quedara adentro”. Y las pesadillas en mi casa de antes.
Viernes 14/11.
Hoy tengo que entregar esto y no quiero porque no me gusta. No terminé el libro. Pero ahora sigo. Hasta ahora me había olvidado de ir escribiendo lo que pasa en el libro. Es más, no quiero hacer un resumen de lo que leo.
Página 58.
Se disfraza de extraterrestre. Mi mamá no iba a mis actos. Sigo leyendo. Si nos habrá pasado a nosotros de tener amenaza de bomba en el liceo. Aunque incomparable, menos triste, menos miedo. “Un silencio que se recortaba del silencio general, como un río profundo y cálido que se mete en el océano frío y resiste lo que puede hasta deshacerse en la indiferencia del agua mayor.”
La estoy pasando increíble porque me acordé del sabor a mandarina de las pastillas Dorin’s que mi mamá me compraba antes de ir a la iglesia.
De noche.
Hablé con otro alguien que también leyó este libro y ahora entiendo un poco más. Predomina esta mirada infantil e inocente. El nene ama mucho a su madre, está clarísimo hasta ahora, y toda la mirada del escritor me hace sentir una nena y recordar todo lo que viví cuando era chica, por lo tanto estoy “contenta” de haber elegido este libro. Cada vez que la madre se va yo también siento un vacío, pero ella vive yéndose, así que si, es muy triste leer. También siento y lo siento mucho a ese olor metalizado que la gente trae consigo cuando vuelve de la calle, y nunca supe cómo nombrarlo: metalizado. La novela está repleta de momentitos en los cuales se hace referencia a situaciones muy cotidianas y simples pero que le dan ese aspecto infantil y tan lindo que tiene. Me sigue sorprendiendo todo el amor que esta criatura tiene hacia su madre, y también comprendo a esa muchacha tan bella, que siento que es hermosa, cuando lo mira con ojos llenos de pena.
Sábado 15/11. De noche.
”Yo canté pri del lado de la ventanilla”.
Comienza a hacerse explicito lo que pasa, y el nene ve todo. Claro que quiere estar con su mama cuando ve a esos soldados pasarle por las narices, y sentir ese olor metalizado (que tanto reconozco yo también), y que resulta ser el mismo de su mamá. Nunca puedo escribir mientras leo pero termina un capitulo y escribo un poco, tampoco llevo la cuenta de las páginas que leo con cada entrada. Voy a seguir.
“Ahora era el golpe del agua en el fondo de la taza y el remolino que inundaba el saquito y hacia engordar a las hebras”.
Domingo 16/11. A la mañana.
Una muchacha muy bella y su hijo se fueron de vacaciones ahora, ayer conocieron a la hermana de Elvira, la vecina, y resulta ser que para el nene es muy atractiva. Pero muy. Ahora armaron la carpa y fueron al zoológico. Me hace acordar a una de las poesías que escribí para el libro de poesías, que hablo de los animales en el zoológico. Sigo. Qué bueno que se acordó de las letras que escribió en el cuaderno y que eran 16 porque me daba mucha intriga saber qué decía. “Unidad Viejo Bueno”. No me dice nada, después busco qué es. Llegué a la parte del libro que leí y que hizo que me decidiera por leer este y no otro.
Página 131, el té earl grey. La casa está rota y el nene lo sabía. Vio un policía y ¿qué podía esperar? ¿El nene ya es grande? Le empezó a gustar el té de grande. ¿Y Fabiana quien es? El nene creció y ahora es distinto. Desde ese momento, leo diferente y no sé si me gusta. Se perdió el tinte infantil y dejé de entender o no quise entender más. Estuvo con la hermana de Elvira, Desiré. Y Elvira está en un geriátrico. Es como una abuela, ¿no?.
De noche.
Terminé el libro, desconcertada. No sé que más decir. Así que arranco con mi conclusión. No me gusto, no me gusto pero no se qué. Me encantó cómo habló Julián López, me gustó cómo cada cosa se describió de manera preciosa y armónica para una situación tan poco armónica. Me gustó cómo me sentí leyendo, siempre y cuando no tuve en cuenta que esto es un trabajo y que pasaron 2 días desde el último día para entregar, y que lo leí rápido y no disfruté como hubiera querido. Cuando no me acordé de que el libro no es mío y que no lo voy a tener cuando quiera sentir el olor de cada lugar en el que lo leí, el olor a pucho o a comida o a metalizado porque estuvo en la calle. Quisiera releerlo o leer otro, intentar de nuevo, porque estoy insatisfecha. Del libro no sé qué decir, no sé por qué la pasaría mal con el final, y no sé qué objetivo tiene el final, a mi me gusto leerlo en el camino. Este libro se lo recomendaría a alguien que sepa un poco más del tema, de la época, porque yo sin eso creo que me perdí de varias cosas. Cada cita del libro fue elegida porque me gustó, me recordó algo, me pareció interesante y sería una de esas frases que resalto cuando el libro es mío. Me gustó más escribir esto que leer el libro, sinceramente.
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