domingo, 7 de abril de 2013

¿Qué dice acá? - Camila Lepez


Me acuerdo esa época, cuando tenía 5 años masomenos y recién empezaba a leer mis primeras oraciones, palabra por palabra, repitiendo siempre la misma pregunta ¿qué dice acá? Cuando me quedaba trabada sin saber o entender el significado de la palabra o frase que leía. Mis primeros recuerdos con los libros son esos en los que no habían más de veinte palabras, eran puros dibujos. No sé si fue el primero, pero uno de los primeros que me acuerdo haber leído fue “Federico dice no”, era una colección, yo tenía todos y los leía todo el tiempo, ya me los sabía de memoria.
Por lo que me acuerdo, no me costó mucho aprender a leer, era algo que realmente me gustaba y hoy en día me sigue gustando, será por eso que en todas partes donde veía algo escrito lo leía en voz alta para practicar.
En mi jardín teníamos una biblioteca ambulante y una vez por semana cada uno elegía el libro que le gustara para llevárselo a su casa, esos eran uno de los días que yo mas esperaba y me acuerdo que llegaba feliz con mi libro, se lo mostraba a mis papás y lo leía con ellos o a veces sola, todas las noches antes de irme a dormir.
Mi autora favorita cuando era chica era María Elena Walsh, de ella me gustaban los libros pero también las canciones, me pasaba todos los días escuchándola. Libros en otro idioma no leo, no es algo que me interese, el único que me acuerdo haber leído en un instituto de inglés que iba cuando tenía siete años fue “La bruja Winnie”. Soy de prestar libros, no me molesta, pero generalmente no pido prestados salvo que sea alguno que me recomienden, pero si hay alguno que tenga muchas ganas de leer me gusta comprármelo. Tampoco me gusta tener que leer un libro en fotocopias, me es incómodo, me gusta tener contacto con el libro.
En la primaria me acuerdo que todos los años hacían una feria del libro, y nos llevaban por aula y nos daban dos horas para leer y si queríamos comprar alguno también podíamos. Hablando de ferias, también está la feria del libro que se hace en la rural, que no me la pierdo ningún año, siempre voy con mi mejor amiga y nos pasamos todo el día ahí, me encanta ir.
Particularmente para leer necesito estar sola y en un lugar tranquilo, el ruido y la gente me desconcentran, generalmente suelo leer en mi habitación y de noche, antes de irme a dormir, es el momento en el que me concentro y lo disfruto mas. Si hay un lugar en el que no puedo leer es en el colectivo o en cualquier medio de transporte, porque me empiezo a marear. No soy de marcar ni escribir en los libros, salvo los que me dan para leer en el colegio, ahí si cuando aparecen datos importantes, características de personajes o cosas que se que me pueden servir las subrayo. Si empiezo un libro lo termino, no me gusta dejarlos por la mitad, salvo “1984” que no pude terminarlo, pero no porque no quisiera, sino porque me di cuenta que no iba a llegar a leerlo para la fecha que la profesora nos había dado, entonces preferí  ver la película.
Mi biblioteca es muy variada, tengo libros desde que era chiquita hasta los que me compro actualmente. La mayoría son de aventura, ciencia ficción y algunos policiales. No tengo un autor favorito, me gusta leer de todo un poco y siempre descubrir nuevos autores, tampoco tengo un género literario preferido.
Algunos de los libros que mas me gustaron son “El inventor de juegos” de Pablo De Santis, “Frin” y “Natacha” de Luis María Pescetti y “Los ojos del perro siberiano” De Antonio Santa Ana. Nunca sentí frustración por un libro, tal vez si me pasó que algunos no eran lo que yo esperaba, no me terminaron de atrapar, como “La odisea” que no es que no me haya gustado, pero se me hizo muy denso leerlo y eso a veces llevaba a que me aburriera.
Nunca salteo páginas, por más que me esté aburriendo no lo hago, porque siento que me puedo llegar a perder de algún dato importante y después no entender lo demás. A veces soy de releer algunas páginas o partes que no haya entendido muy bien. Siempre que voy a empezar un libro o lo estoy por comprar leo la contratapa, para saber de qué trata, aunque a veces no me diga mucho, otras veces me atrapa y me dan más ganas de leerlo.
Por otro lado, la lectura obligatoria creo que tiene sus ventajas y desventajas, está bueno porque conocemos nuevos libros, autores, analizamos juntos y compartimos nuestras conclusiones sobre lo leído, pero en mi caso me pasa que la lectura obligatoria no me permite leer los libros que yo quiera porque no puedo leer dos libros a la vez, entonces nunca puedo empezar uno, porque tengo los del colegio.
De chica amaba leer, pasaba todos mis tiempos libres con los libros, ojalá pudiera decir que ahora me pasa lo mismo, pero no es así, la tecnología influyó mucho en mis hábitos de lectura y creo que tendría que trabajar mucho para poder volver  disfrutar más de los libros. Esa sensación de meterte en la historia que estás leyendo, de ponerte en el lugar de los personajes, de no poder parar de leer porque tenés esa intriga de saber cómo sigue la historia eso es algo increíble.
 
 
 
 
 


 

 

 

1 comentario:

  1. En todo caso no se trataría de cambiar sino de sumar o de elegir las actividades para que leer sea una acción vital, no mera distracción o pasatiempo, un ir hacia otros, los personajes, el mundo inventado, otros puntos de vista sobre la vida, un viaje en el que participan las palabras, las emociones, los sentimientos. Tarea fascinante, provocadora, apasionante y, muchas veces, reveladora de nosotros mismos. Paradójicamente, lo que distrae atrae hacia sí al que quier alejarse y yéndose termina por encontrarse.
    Ojalá encuentres otros "inventores de juegos" y que al leer te leas.
    Gracias por compartir.

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