viernes, 5 de abril de 2013

Mi Historia con los Libros- Ignacio Demarchi


Como lector no tengo una autobiografía extensa, el acto de leer no es algo que me apasione ni que deteste. Es algo que me resulta agradable si es que yo me decido a hacerlo. Si lo que leo es por obligación es muy difícil que me enganche con la historia, es como si no leyera porque leo el libro pero pienso en otras cosas.

    Otra cosa vital para    como lector son los tiempos. No me gusta leer para una fecha determinada si no respetar mis tiempos, en mi caso soy de una lectura lenta, esa es mi manera de disfrutar el libro.

     A mí no me gusta parar la lectura en medio de un capítulo. Puedo leer dos veces el mismo capítulo para entenderlo mejor porque al leerlo por segunda vez entiendo cosas que en la primera no.    

    No soy de leer mucho porque no tengo la voluntad y no encuentro el tiempo ni el lugar para leer. En los casos que leo es porque encuentro las ganas, la curiosidad y el convencimiento de que voy a terminar de leer el libro.

   Cuando era chiquito no leía mucho, casi nada, lo único que me acuerdo es la colección de libros de “Buscando a Wally” hasta que leí mi primer libro: “Guillermo el terrible”. Un libro que trata de un jugador de fútbol quien era y es mi ídolo  futbolístico.

  Otros libros que leí  fueron “El Caballero de la Armadura Oxidada”, “Odisea”, “Los Ojos del Perro Siberiano”, “Harry Potter 6 y 7”, etc.

  Por el momento estoy leyendo “El Arte de la Guerra” de SUN TZU Y SUN PIN y luego quiero leer “Demian”, los dos libros me los recomendó mi papá. 

1 comentario:

  1. Leer sólo será una elección y un acto libre si se sabe leer. Acá, entonces, aparece la escuela que no está para hacer lectores, para eso están los libros ( miles de historias maravillosas, de palabras que parecen recién salidas del horno o piezas de una antigüedad estremecedora, la imaginación y el juego, la necesidad y el deseo); la escuela nos enseña -o debería- a leer; la escuela puede o no hacernos gustar de la literatura, pero sí debe, ineludiblemente enseñarnos a leer, a comprender, y escribir el conocimiento que vamos adquiriendo. Este es el arduo trabajo y el desafío que se nos abre en el espacio del aula.
    Gracias por compartir

    ResponderEliminar