Prólogo.
Bolsillos llenos de ideas que intentan escapar hacia todos lados, hacia cada cabeza que esté dispuesta a aceptar, a crear y a formar a partir de ellas.
La vida, se trata de eso, de crear a partir de lo que tenemos, de lo que vemos, de lo que sentimos, de hacer de cada momento, un bolsillo.
1- De su guitarra salió una mariposa negra,
reflejo de sus cantos, de su melodía, de él,
de la gente que pasaba y lo veía,
con enojo, con asco, con indiferencia.
Aquella mariposa, se posó sobre él,
y poco a poco,
su canto se tornó ruido, su guitarra desafinada,
ya no era él el que tocaba.
2- ¡La próxima vez que veas que un famoso nos quiera comprar, te corrés y primero lo atendemos a él, ¿entendés?!
Lentamente, cada uno de los animalitos de porcelana cayó al suelo,
con tristeza, con fuerza y con mucha gracia.
No importaba si eran osos, caballos, o la más hermosa oveja,
todos y cada uno de ellos terminaron igual:
rotos.
3- Existe una hora de la mañana,
en la cual los pájaros cantan,
el sonido viaja,
y el sol me acaricia tras la ventana.
Yo creo que esa hora es mágica,
que nos da un respiro de tanta ignorancia.
4- Te veo en cada hoja en blanco,
dura, suave, nueva.
Te veo en cada trazo,
maldita acuarela.
5- Sobre su dedo,
algo particular,
no quiero saber qué es,
pero mis ojos no pueden disimular,
infinito, simple, singular,
ya no me perteneces,
ya no estás.
6-Toneladas de cuerpos,
pequeños, grandes, flacos, gordos,
se agitan constantemente,
se pegan los uno a los otros,
se roban espacios, alientos, golpes, caricias,
se roban vida.
7- Rayado como un cuaderno,
que no te toquen,
que no te ensucien,
que no te borren.
Ya no quiero tocarte,
Ya no tiene gracia,
Ya estas manchado.
8- Ya la sal perdió su encanto,
no me produce nada,
no me hace respingar,
cerrar los ojos, escupir o tomar.
Ya, no le encuentro su encanto,
quizás es tan salada que dejó de ser salada,
quizás es tan salada que olvidó ser sal.
9- Niño de cabellos soleados,
me gusta como tu piel arena,
reposa junto a la transparencia.
Tu cuerpo, tieso, relajado, tranquilo.
Todo parece estar dormido a tu alrededor,
cada partícula de vida te acoge, te anida,
te cubre de cualquier ruido.
10- No pise el pasto,
no exceda el límite, no coma adentro,
no salga afuera, no hable,
no grite, no haga ruido,
no mire, no toque,
no vuele.
11- Cuando alguien muere, muere su cuerpo, no él,
cuando alguien se va, se va su cuerpo, no él,
cuando te pienso, no lo hago con mi cuerpo, lo hago con mi alma,
cuando te recuerdo, te lloro, te río, te extraño.
Cuando digo que te extraño, no lo hago ahora, lo hago desde hace un tiempo.
Cuando pienso, pienso en que dejé que pasara el tiempo, que no te recordé a tiempo como debí hacerlo.
Cuando me enfurezco, no queda nada.
12- Silencioso y hermoso lienzo,
arrastro pinceles, pinto piruetas,
creo tu cuerpo.
Últimas pintadas, no quiero acabarte,
te necesito incógnito, impersonal,
te necesito para siempre o para nunca.
Me escabullo, estoy húmeda,
soy vos, sos yo, soy vuestra sombra.
No me termines, no dejes que me seque,
no rompas con este armonioso clímax,
déjame ser, como yo te dejo a ti en este instante.
13-"¿Cuántos dedos tengo?" Se preguntó.
Llevaba contándolos hace horas, minutos, segundos,
con exactitud, toda una vida.
Malditos dedos,
siempre vuelven a empezar.
14- ¿Cómo será no tener nariz?
Pregúntele a mi vecino,
que se la sacaron antes de que fuese raíz.
Solo por la noche se pasea,
temeroso, con gorra y viscera
no vaya a ser cosa de que alguien lo vea.
¡Ay señor sin nariz, si usted volviese a pasear feliz!
15- Juntaré cada uno de tus botones,
los guardaré junto a mi armario,
los usarás cuándo y cómo se te de la gana,
pero recuerda,
siempre que los quieras,
debes ir junto a mi armario.
Correr los márgenes del mundo, ser delirante, desmedida, danzar como una loca sobre la página desnuda o ser piedra sabia al costado del camino; ser y percibir que no debe haber casilleros cuando la palabra poética se aventura a nombrar. Deslumbra lo viejo como nuevo cuando se descoloca el mundo.
ResponderEliminarHiciste un buen trabajo, porque hay textos distintos entre sí e interesantes, algunos más logrados que otros. Sin embargo, el trabajo puede continuar y dar paso a nuevas versiones de la mano de la reescritura, porque lo que se ve -la intención estética, la cuidadosa selección de vocabulario, lo sonoro- puede enriquecerse y mejorar.
Rever los errores ortográficos, que solo se admiten cuando son voluntarios pues buscan resaltar nuevos significados; si no es así, no se justifican y distraen la lectura.