Prólogo
Cada ser vivo, cada animal que habita en el planeta posee una historia que contar y una gran forma de diferenciarse.
Animales
Sorprendentes, amigables, furiosos.
enloquecidos, calmos, increíbles.
Cada cual una historia.
Cada cual una diferencia.
Lo salvaje, lo domestico y lo desértico,
en conjunto de palabra,
pero separados en cada uno.
Transmiten sentimientos,
conocimientos y delirios.
Cada uno vive su vida,
mientras que,
otros se encargan de contarla.
Soñando el pasado
Como él que desde pequeño sueña,
siempre igual, tramposo sueño.
Diminuto cachorro
que con los años crece.
Inquietante, movedizo, incomprensible,
siempre igual, tramposo sueño.
Será la mente, el refugio, la vida,
como un fantasma del tiempo,
desaparece.
Vuelve en los días lluviosos,
siempre igual, tramposo sueño.
Reaparece, en un mismo lugar,
esa figura, ese pecho, el origen.
Decaimiento del alma y de la mente,
me pregunto, ¿para qué vuelves?
Siempre igual, tramposo sueño.
Futuro incierto
Para siempre no fue semilla.
Como palabras sembradas y luego cultivadas,
el futuro de la ardilla,
que sembró el temor y cultivó lo peor.
Al escucharlo se estremece la pilla
como si no fuera ardilla.
Rebuscado
Un gran pensamiento,
si le digo, le miento.
Simplemente el gato no entiende,
su mente no comprende.
Con sentimiento
le repito que intento.
Realmente sorprende,
pero insisto, su mente no aprende.
Travesía
Viento loco, tierra seca,
pasto poco, agua convoca.
Boca sedienta, sediento.
Polvo, tormenta,
galopar y seguir.
Vuela y entierra,
llegar, llegaremos.
Tierra que aterra y entierra.
Puntadas traseras,
apuran, apuro.
Caballo cansado,
ardua llegada.
Por lo alto me peina
Me peina el viento el plumaje
como una gran ala:
abro el paisaje del recuerdo
y el pensamiento se me va.
Otras voces son las que llevo,
de otro lado es mi cantar:
hasta mi gruta de recuerdos
tiene una extraña claridad!
Frutos de tierras extranjeras,
olas azules de otro mar,
todo me regocija alrededor,
y ya nada me atrevo a recordar.
Por todos lados anduve,
me cuesta imaginar,
pequeño pájaro que ha de volar,
para luego intentar recordar.
Poderoso
El gran rey de la selva,
dueño de todo lo salvaje.
Inmensa maraña dorada
brillante frente al enorme astro.
Imponiendo respeto
solo con caminar.
Hocico colosal,
admirable y temible.
El león posado sobre su altar,
disfruta de los inmensos placeres.
Siendo el dominante de la selva,
dueño de todo lo salvaje.
Mejor no encontrarte
Conocida por muchos,
querida por pocos.
No malinterpretes,
pero arrastrada y arpía, así eres.
Rápido vas,
sin ver para atrás.
Buscando vislumbrar, cazar y gozar.
Querida serpiente pasas inadvertida
hasta por un callejón sin salida.
Esos dos pequeños pero filosos,
porcelana posees, inmensamente ponzoñosos.
Quédate
Apareces y desapareces,
vuelve.
Cambia, reaparece,
no está.
Confunde, imploro,
vuelve ya.
Sorprendente, sales pero
nuevamente no estás.
Quieto, calmo,
color.
Veo y no lo creo,
camaleón de bureo.
Estando alerta
Difícil reproducción,
cautivante linaje.
Blanco, negro.
Un panda sobre la caña.
Baja que no quiero hacerte daño.
Inmóvil, atento.
Desconcierto de ambos,
caída.
Desesperación,
anhelo de bienestar.
Lo que viene de lo alto
Pequeña, escurridiza hormiga.
Negra.
Plantas a montón,
gusto y parecer.
En busca de ellas.
Terreno inmenso,
larga caminata.
Zapatilla desmesurada,
apuros.
Sombra, acercamiento,
aproximación, unión.
Muerte.
Allá, lejos
Allá en lo blanco,
allá en lo congelado.
Sí, ahí donde los peces viven.
Sí, ahí donde cada uno es dueño de si mismo.
Allá es donde habitan,
Allá es donde consiguen el ciclo de la vida.
Sí, ahí de donde la gran mayoría no habla.
Sí, ahí donde el oso polar está establecido.
Vida diaria
Revolcados,
sucios,
puercos.
Sobras,
alimentación,
desagradable.
Gordura.
Colita repingada,
hocico inmenso.
Pequeño juego
Cueva por aquí,
cueva por allá.
Sale por otra,
perseguido.
Acusado,
corre.
Culpable, toma otra.
Desgraciado conejo.
La carrera
Los años de los anillos,
las patas lentas,
verde grisáceo.
Liebre apostadora,
presumida.
Largada,
llegada.
Rapidez.
Liebre ingenua,
tortuga gozarosa.
Laguna por siempre
Esperé a que la lluvia viniera, esperé.
Aguanté que todos rieran, aguanté.
Preparé la gran noticia, la anuncié.
Llovió, y llovió.
Creció, nuevamente, se formó.
Hogar dulce hogar,
donde no tendré que dejar de habitar.
Pez ingenuo el que pensó sucumbir,
cuando todavía se podía pedir.