jueves, 19 de septiembre de 2013

Despertarse - Ramiro

Despertarse
Un calor abrumador acecha mi cuerpo y lo recorre de pies a cabeza. Atrapado, obnubilado, encerrado, la puerta parece distar a kilómetros de distancia y cuando menos lo espero, comienza la tortura de las seis y treinta. Ese martirio incesante, trescientos segundos como si fueran flechas, atravesando mi cuerpo, derramando gota a gota la sangre, que fluye como el cauce de un río. Es demasiado tarde, intento abrir los ojos, pero cuando me doy cuenta los estoy entornando. Los incesantes se vuelven infinitos y el momento, eterno.

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